Nuestra Historia: Capitulo III "Epilogo"

La última vez que leímos esta historia príncipe y princesa estaban de lo mejor, disfrutaban de la vida en mutua compañía y parecía que el universo les sonrreía y las aventuras y alegrías se sucedían una tras otra... Lamentablemente no todo fue miel sobre hijuelas (o chocolates, como diría la princesa) y nuestros protagonistas jamás llegaron a comer perdices, las que ellos prefirieron reemplazar por sushi y cerveza, este último, el elixir que vino a endulzar los gratos momentos que compartieron juntos.
Y así como empezó esta historia, rápida, fortuita y sorpresiva, finalmente terminó, porque como dice el manual del joven aspirante a mago (el cual he leído para escribir esta historia) todo lo que empieza tiene que terminar y los embrujos siempre tienen un antídoto, así que nuestros príncipes despertaron un día del hechizo que los unía y que había comenzado con mensajes enviados en vuelos de paloma y cada uno tomó su camino.
La princesa volvió a su torre junto a la eterna y muda compañía de sus libros (si, esos mismos que había leído taaantas veces) a terminar el bordado que tenía pendiente y a proyectar otros más, aso sí, acomodando su silla junto a la ventana y con la vista siempre hacia el horizonte, sintiéndose mucho más libre y nunca más encerrada, porque descubrió que su torre no era tan inaccesible como ella pensaba y que siempre habría algún principe dispuesto a trepar por el muro o con alguna técnica nueva para acceder hasta ella.
El príncipe, por su parte, también tomó su camino, eso sí, hacia el este, porque descubrió que su armadura estaba un poco oxidada por falta de uso y decidió alejarse lo más posible del mar, a ver si encontraba la forma de quitarle la herrumbre y obtener así el brillo de pasadas batallas. Lo que el príncipe no sabía entonces es que enormes retos le esperaban tras tras las montañas que separaban la comarca del resto del mundo, y le tocó sortear grandes batallas, algunas injustas, otras no tanto, pero de todas las que no ganó, por lo menos salio vivo.
A veces nuestros personajes se juntan a comer sushi, hablar de la vida, discutir las batallas del noble caballero y darle una mirada al bordado de la princesa, después de todo, ambos saben que serán amigos por siempre, porque de verdad no hay nadie que disafrute del sushi màs que ellos.-
FIN.-

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