Es inevitable pensar que luego de cruzar el Canal de Chacao me vine a meter en tierras mágicas, donde el Trauco anda más que suelto y la Pincoya no es una población, donde El Caleuche de verdad se aparece, los arcoiris salen dobles y los brujitos te lanzan ecantamientos montunos de los que inevitablemente no te puedes escapar....
Así es Queilen, un lugar de cuentos con 1000 habitantes donde la mayoría se conoce, con un dentista que solo saca muelas, un canal de Televisión propio (Queilen TV) que da todo el día peliculas subtituladas, con su radio Vendaval que transmite corridos a todo pulmón y unos sandwiches de queso que de tan grandes que no te los puedes ni comer....
Y su gente...a... su gente... basta decir que vivo en la pensión de la Peka, una señora que además de ser humorista y actríz atiende la pensión, un negocio de dulces y un local de ropa en la calle principal, y que anda todo el día desdoblándose por los rincones para tener una casa que brilla de limpia y con unas comidas como las de mi mamá; además tiene un perro, el Kin, flacuchento, larguirucho y paticorto, que me sigue al trabajo todos los días... seguro cacha que sabe más que yo de esta gente que de tan mágica empiezo a ver medio translúcida....
Queilen es una caleta que vivió a full la Fiebre del loco, historias que por aqui me cuentan y que para mi se remitían al argumento de una pelicula de Littin, pero que por aqui fueron tan reales que crearon fortunas, hundieron barcos, trajeron inversionistas japoneses con helicópteros gigantes y terminaron agotando el recurso, por lo que la caleta se dedica hoy a la producción y cultivo de pelillo y luga, un alga mañosa que huele mal pero que da plata...
Aqui vivo, en una caleta pequeña con un acceso culebroso, mitad de ripio mitad pavimento, pero con una vista increíble, y trabajo a dos horas de Castro, el cajero más cercano, el cine más cercano, la realidad más cercana...
Y aqui también trabajo; en una Muicipalidad pequeñita, pero muy cálida, con gente que corre todo el tiempo, donde el Carlos a veces es director de obras, alcalde, secretario y encargado de emergencias el mismo día, pero donde los computadores funcionan el descueve, jamás se acaba la tinta y pagan en efectivo los 19... Donde la camioneta que usamos para ir a terreno no se puede detener porque puede que no vuelva a andar, y donde los problemas del día lunes son por ejemplo conseguir una barcaza para atravesar la retroexcavadora a la isla del frente para terminar el camino antes que empieze el invierno, invierno que para mi empezó hace rato... y mientras yo escribo y trabajo y tomo café y oigo el viento, aqui la gente se pasea en short y polera.... y yo los miro desde mi ventana sin soltar mi bufanda y con una sonrrisa, porque para ellos trabajo... y porque al fin me estoy sintiedo como en casa...