Y así, inundándonos la vida y llenando cada rincón disponible, sin pedir permiso ni preguntar ninguna cuestión, irrumpe con bombos y platillos este cuncuno en nuestras vidas.... Y se va convirtiendo en el centro de todo, el centro de los sueños y de las esperanzas, de los planes y la metas varias porque además de llegar asi, bién guatón y movedizo, llega imponiendo orden... Definitivamente este hijo llega a ordenarme la vida... una vida que hasta ahora no tenia ni patas ni cabeza y que se venia armando a voluntad del viento, de la luna y las estrellas, pero que ahora por fin se ordena, se ahorra y se concreta... porque al fin se arma la cosa... y se asume esto de ser adulto.. ya no adulto joven ni joven adulto (filo con el adjetivo) , sino a-d-u-l-t-o al fin con todas sus letras... (y viva el sujeto!)
Siempre pensé que lo que más me gustaba de mi (físicamente hablando, claro) eran mis ojos; pero no, hoy creo q lo mejor es el ombligo... y cómo no, si es lo que me une a mi hijo Martín, y lo que alguna vez me unió a mi mamá y ella a su mamá, y a su mamá,y a su mamá, y asi x generaciones hasta los orígenes....
Si… definitivamente me gusta el hoyito de mi ombligo, porque me recuerda de donde vengo y para donde voy, el futuro que se viene junto a mi cuncuno y que a todas luces estoy empeñada en que sea el mejor, el más productivo, el más aventurero, el más completo y por sobre todo, el más pero más feliz.
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